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14.7.15

Sobre el miedo al miedo…. y como entrar en el miedo

Cosificamos las emociones. El miedo es una cosa fea, oscura, con mal olor, que se encuentra en nuestro interior. Como lo convertimos en algo sólido, con características de algo tangible, solo lo vemos desde afuera, desde lejos... porque incluso es pinchudo y apestoso!

Entonces tenemos repulsión al miedo, esa cosa fea que hay dentro de uno. Nos da miedo hurgar en él, es probable que aparezcan cosas mas feas si empezamos a abrirlo. Y así es que le tenemos miedo al miedo, al no querer verlo, conocerlo, le tememos…

Hay que entrar en el miedo para dejar de tener miedo.
Hay que tener mucha valentía para entrar en el miedo.

Entramos en el miedo a través de la respiración. Dejando que la respiración nos lleve al miedo. Haciendo que la respiración amplíe el espacio, para que el miedo no ocupe tanto, no sea tan rígido. Respirar es como caminar, cada paso, una respiración: inspiro avanzo, exhalo, me afirmo en el nuevo lugar…

Abrir los ojos hacia adentro y ver que el miedo no es una cosa. No tiene solidez, no tiene características reales. Las características las tiene por asociación a nuestros pensamientos, a nuestras memorias, a nuestras experiencias. Pero el miedo en sí mismo no tiene olor, no duele, no raspa. Es insustancial, si entramos en él y avanzamos dentro de él, llegará un momento en que habremos salido de él sin siquiera darnos cuenta, porque el miedo es energía pero no materia.

Le demos una oportunidad, veamos que no es lo que pensábamos. Respirando, seguimos ampliando el espacio y el miedo se empieza a disipar. No se va aun, pero podemos respirar dentro de él.

Es muy importante reconocer y escuchar al miedo. Toda emoción nos trae información. El miedo nos avisa del peligro, de la necesidad de salir de un lugar o de una situación, nos indica necesidad de protección. Si podemos escuchar al miedo, también podremos reconocer la necesidad que éste informa.

Entrar en el miedo y escucharlo… mientras tanto respiramos, somos conscientes que seguimos vivos.

Mientras estemos conectados con la respiración sabremos que estamos vivos. Eso es muy importante para trabajar con el miedo porque todo miedo, en el fondo, es miedo a la muerte. Si caminamos dentro del miedo plenamente conscientes de que estamos vivos (inhalo, exhalo), la mente se calma y cambia su percepción. El miedo deja de ser amenazante para pasar a ser protector.